Estas galletas son super fáciles de hacer, y están hechas a base de 5 ingredientes solamente:
- Copos de saraceno (puedes usar copos de avena sin gluten si no tienes de saraceno), pero a mi me encanta el saraceno por su sabor y su aporte nutricional
- Dátiles (endluzante natural, energía y fibra)
- Tahini o puré de sesamo (también puedes usar puré de almendras en lugar del de sésamo)
- Copos de coco (me encanta ese toque tropical)
- Leche de almendra casera (si no sabes cómo hacer leche de almendra en casa o te da pereza, puedes usar una industrial de las que se encuentran en supermercados)
Nada más: ni huevos, ni azúcar refinado… y estan requetedeliciosas.
Llevaba tiempo buscando una buena receta de galletas integrales sin gluten ni lactosa ni azúcar, y que fueran a la vez buenas recetas de galletas de saraceno, pero no encontraba ninguna que me acabara de convencer. Con el tiempo, decidí probar de hacer un invento, sacando lo mejor de pasadas experiencias, y dí con esta combinación de alimentos que han resultado en ser una excelente receta para galletas de saraceno sin gluten ni lactosa ni azúcar, apta para celíacos o sensibles al gluten, y también para aquellos diagnosticados con candida (cuando tienes una candida, no le puedes dar azúcar a tu cuerpo, porque eso es precisamente lo que le encanta a esa bacteria y lo que va a hacer si le das azúcar es que la querida vaya creciendo aún más y más, y lo que nos interesa es disminuirla 🙂 ). Vamos, que estas galletas sin gluten le han pirrado hasta a mi marido y a mi madre que no son de “comidas raras verdes” como dicen que soy yo (jajaja). Son una idea de snack sano para llevar contigo en el bolso o en la mochila, ya que al ser secas y no llevar huevo ni plátano, no necesitan nevera para ser conservadas.
¡Que las gozes!
Dificultad: muy fácil
Tiempo de elaboración: 15 min + 20-25 min de horno
Receta sin gluten. Receta sin lactosa. Receta vegana. Receta para candida.
Ingredientes para unas 10 galletas integrales de saraceno, dátiles y coco, sin gluten ni lactosa:
- 50gr de copos de coco
- 150gr de copos de saraceno
- 140gr de tahini (o una mezcla de tahini y puré de almendras. Yo realmente usé 100gr de tahini, y 40gr de puré de almendras hecho en casa que más adelante os explicaré como se hace por si os animáis a hacerlo en casa)
- 250gr de dátiles (peso con los huesos)
- Una tazita pequeña (tamaño de café espresso) de leche de almendra
- Agua
Necesitarás:
- Una batidora (mejor si es batidora que viene con su vaso)
- Un bol donde mezclar todo
- Papel de horno
- Ganas de pasarlo bien y paciencia para probarlas ya que hay que esperar a que se enfrien 🙂
La receta 🙂
1.- En el vaso de la batidora, añade los dátiles habiéndoles quitado previamente los huesos.
Añade agua hasta que queden cubiertos todos los dátiles y deja reposar 10 minutos.
Mientras, saca la bandeja del horno para poder poner las galletas cuando estén, y enciende el horno a 200 grados calor arriba y abajo.
2.- Pasados 10min de los dátiles en remojo, saca el agua y deja sólo los dátiles en el vaso de la batidora (si queda algo de agua, está bien). Añade el resto de ingredientes, y mixea todo.
El objetivo no es que nos quede una masa lisa, sino más bien que todo quede bien mezclado, machacado, y pegajoso, como en la foto.

Añadir el resto de ingredientes en el vaso de la batidora

¿A qué se debe parecer mi masa de galletas cuando esté lista? Como en la foto 🙂
Llegado un momento tu batidora no podrá “trocear” o “alisar” más los dátiles: ¡está bien! así le dará ese toque casero a las galletas de tener trozos de dátiles de diferentes tamaños como ves en las fotos de las galletas acabadas 🙂
3.- Vierte la mezcla en un bol y mezcla todo bien con una espátula asegurándote que no quede ningún ingrediente suelto sin mezclar.
4.- Ahora llega el momento más divertido: ¡a hacer las galletas! 🙂
Coloca el papel de horno en una zona donde puedas ir poniendo las galletas.
Humedécete las manos mojándote las palmas y dedos con un poco de agua. Coge con las manos una parte de la mezcla y haz una bola. Lo más grande la bola, lo más grande la galleta. Yo esta vez he hecho bolas grandes porque quería tener galletas “gorditas” y grandes.
Pon la bola en el papel de horno, y aplástala con los dedos o con la palma de la mano, para irle dando forma de galleta. Acaba con tus dedos para darle la forma redonda. Puedes dejarlas con el grosor que te apetezca: lo menos las aplastas, lo mas gordas serán, y al contrario, si las aplastas mucho, te quedarán más finas.
Repite el proceso con el resto de la masa, y ves colocando las bolas convertidas en galletas a unos 2 cm de distancia entre ellas para que no se peguen cuando estén en el horno.

¡Galletas listas para ser horneadas!
Una vez formadas todas las galletas, llévalas al horno, en el medio del horno, por almenos 20min y hasta 35 min máximo: El truco es en, pasados los primeros 20 minutos, ir mirando tu horno para verificar cuando se ven doraditas por arriba. Cuando las veas doraditas (y si las tocas empiezan a endurecerse pero podrías imaginarte que el centro sigue blandito), apaga el horno, saca del horno, y deja enfriar a temperatura ambiente. Se acabarán de poner crujientes al enfriarse.

Recién salidas del horno

Recién salidas del horno
Y listas para consumir. ¡Muy feliz provecho! Las puedes conservar en un tupper (si es de cristal mejor) y al no llevar huevos ni fruta aguantan bien una semanita (aunque imagino que te las acabarás antes 😉